Se sabe que practicar deporte o pasar tiempo en compañía de gente con la que nos sentimos a gusto tiene un impacto positivo en la salud mental de las personas, siendo. Leer un libro, también (hacer scroll de forma compulsiva en redes sociales no es leer, y su efecto para nuestro cerebro es el contrario). El doctor Antonio Donaire, jefe de Neurología y director de la Unidad de Epilepsia del Hospital CIMA Sanitas Barcelona, explica por qué la lectura es una herramienta “clave” para reducir el estrés, mejorar la concentración y fomentar la plasticidad cerebral.
“Uno de los mayores beneficios de la lectura es su impacto en la plasticidad cerebral, la capacidad del cerebro para crear y fortalecer conexiones neuronales. La lectura es un entrenamiento mental que potencia el desarrollo de nuevas conexiones neuronales, contribuyendo a una mayor agilidad cognitiva incluso en la edad adulta. A medida que leemos, ejercitamos nuestra capacidad de abstracción y análisis, lo que tiene un efecto positivo en la prevención del deterioro cognitivo”, ha explicado el doctor Donaire.
Al leer, ejercitamos nuestra capacidad de abstracción y análisis, lo que tiene un efecto positivo en la prevención del deterioro cognitivo
Hasta un 51,2 por ciento de la población española se considera lector frecuente, según datos del Ministerio de Cultura, en un momento en el que el consumo de contenidos digitales está “fragmentando” la capacidad de atención, siendo los libros una herramienta que favorece la concentración sostenida y la memoria de trabajo.
De hecho, un estudio de la Universidad de Sussex (Reino Unido) ha mostrado que seis minutos de lectura eran suficientes para reducir un 68% los niveles de estrés. Es una conclusión a la que se llegó tras comparar los parámetros fisiológicos y psicológicos de una serie de voluntarios antes y después de leer, lo que sitúa a esta actividad como una de las más efectivas para relajarse, por encima incluso de escuchar música o pasear.
“Ante la hiperconexión generada por las redes sociales y el uso constante de dispositivos, la lectura ofrece una alternativa saludable que permite desconectar y reducir la sobrecarga informativa. Al elegir un libro, se favorece atención sostenida y se mejora la memoria de trabajo, aspectos clave para mantener un equilibrio emocional y cognitivo”, dice la psicóloga Silvia Mérida Expósito.
La doctora subraya que la lectura ayuda a reducir los niveles de cortisol, conocida como la hormona del estrés, lo que promueve una sensación de relajación y bienestar. La especialista también ha señalado que la lectura favorece la autorregulación emocional, pues mejora la comprensión y la gestión de las emociones propias y ajenas, un aspecto “clave” en un contexto de alta estimulación digital.
Los más jóvenes leen más que los mayores

Un niño comenta un libro con su madre en la biblioteca Xavier Benguerel de la Vila Olímpica, especializada en cine.
Los médicos destacan la necesidad de fomentar la lectura entre los más pequeños, de forma que se garantice el desarrollo positivo y consciente del cerebro.
En ese sentido, han celebran el “compromiso” de los hogares y las escuelas. Y es que, según datos de Cultura, la franja de edad de 14 a 24 años es la principal lectora, siendo el 75,3% los lectores de estas edades. Dividido en subgrupos, destacan los niños de 10 a 14 años, de los cuales el 86% son lectores, seguidos de los adolescentes de 15 a 18 años, con un 76%, y la franja de 19 a 24 años, con un 65,1% de lectores.