No todos los amores duran toda la vida y menos en estos tiempos tan líquidos. Y si no que se lo pregunten al empresariado catalán, que comienza a emitir señales de distanciamiento con el Govern de Salvador Illa. La política de vivienda y la recarga impositiva son dos decisiones que no han sentado nada bien al mundo económico.
Por ello, había especial interés en ver cómo iba a abordar el presidente de la Generalitat su encuentro con el mundo de los negocios en la clausura ayer de las jornadas del Cercle d’Economia. Si en sus dos grandes conferencias previas, en Barcelona y Madrid, puso el énfasis en un discurso optimista sobre las posibilidades de crecimiento de la economía catalana y la idea de la recuperación de la normalidad institucional, ayer optó por afrontar de cara el problema e hizo una defensa de la necesidad de dotar de recursos a su gobierno.

Illa, este miércoles en el Cercle d'Economia
El president recordó su teoría de la prosperidad compartida, donde las desigualdades económicas de su población son una amenaza para la estabilidad democrática del país. Le vino bien poner el ejemplo de las políticas de Donald Trump en contraposición al Estado de bienestar europeo. Si queremos mantenerlo, vino a decir Illa, toca invertir en el mantenimiento del sistema de salud, en la educación, la seguridad o la vivienda.
Ante un auditorio frío que se limitó a aplaudirlo de forma cortés al final , Illa lamentó que el crecimiento de la economía no llegaba a los sectores más desfavorecidos y que la brecha de las desigualdades se va haciendo cada vez más grande. “No es un capricho de gobiernos socialdemócratas”, les recalcó.
Ante las preguntas del presidente del Cercle, Jaume Guardiola, solo concedió que no se cerraba a una reducción de la fiscalidad
“si fuera desactivadora de inversiones”, pero dejó clara su prioridad de anteponer las políticas sociales para evitar que las desigualdades den paso a un creciente malestar y este acabe facilitando la irrupción de fuerzas populistas y antisistema.
Algunos de los asistentes a la jornada ya pudieron escuchar horas antes una intervención del economista Branko Milanovic, que explicó que el éxito de Trump se entiende por el “desprecio” que las clases medias sienten hacia los más ricos. Parecía que Illa lo tenía preparado como telonero.