Si existiera la tentación del disimulo se podría negar, pero la copia es tan lacerante que da un punto de pudor. La admiración de Clive Palmer, billonario australiano de la minería, por Donald Trump es tan, tan grande, que no ha dudado en copiarle hasta la mímesis. Excepto en una cosa: el resultado. Las encuestas no dan representación a la plataforma del magnate en los comicios presidenciales que tendrán lugar este sábado 3 en Australia. Lo que no quiere decir que, como fenómeno, Palmer no tenga peso en los comicios.
Tras años de coquetear con la política —tuvo un asiento en el Parlamento aussie entre 2013 y 2016—, el billonario entró de lleno a primeros de 2025. Para no negar la influencia de Trump en su programa, llamó a su plataforma Trumpet of Patriots (la trompeta de los patriotas, con un evidente juego de palabras con el apellido del presidente estadounidense) y escogió como lema Make Australia Great Again, para cuya inspiración sobra cualquier comentario.
Palmer, además, llevó a cabo una campaña en redes sociales y digital hiperagresiva, y en ese punto es como Australia ha demostrado, de momento, ser diferente a EE.UU. La respuesta aussie a la intervención del millonario ha sido el rechazo… Incluso en sus propias filas. Para convencer a los indecisos, Trumpet of Patriots ha empezado a bombardear con mensajes SMS a los australianos. No uno de vez en cuando, sino muchos, largos y repetitivos, firmados por Harry Fong, el candidato de Palmer para el territorio de Queensland.

Imagen compartida por Palmer. 'Albo' es el sobrenombre con el que se conoce al primer ministro laborista Anthony Albanese.
“No puedo bloquearlos porque vienen de números diferentes y, al parecer, no se puede presentar una queja porque ¡es completamente legal! Estoy indignado”, se quejaba un votante australiano en Reddit. “He empezado a enviarles correos basura por aburrimiento y odio”, añadía otro. Que la incomodidad alcanzó nivel nacional se demuestra en el hecho de que incluso el primer ministro se vio obligado a referirse al tema. Anthony Albanese dijo que sería “razonable” ilegalizar este tipo de envíos, pero que para ello habría que reformar la ley electoral.
Dimisiones y dislates
La polémica de los SMS ha sido la gota que ha colmado el vaso de algunos miembros de la plataforma. Mark Aldridge, candidato al Senado por Australia Meridional del partido Trumpet of Patriots, ha renunciado a presentarse por una campaña que le causa “vergüenza”, al tiempo que denunciaba las “promesas falsas del partido”.
La base del programa de Palmer es sencilla, porque básicamente es un copiar y pegar del programa del idealizado Trump. Al margen de la política de “los australianos primero”, una de sus proclamas más conocidas defiende que el alto coste de la vida en el país “es porque los australianos están siendo estafados por el sistema político, los burócratas no elegidos y los grupos de presión que los respaldan. ¡Ya basta!”. Una idea que tiene el timbre, el tono e incluso las palabras del propio Donald Trump.
Los australianos están siendo estafados por el sistema político, los burócratas no elegidos y los grupos de presión que los respaldan ¡Ya basta!”
La plataforma, claro, tampoco cree en el cambio climático. Para convencer a los electores, Palmer gastó casi 100.000 euros en promocionar en YouTube un documental de 2004 que niega el cambio climático. Logró que cerca de dos millones de personas lo visionaran en solo dos semanas. “Trumpet of Patriots revela la verdad sobre el cambio climático”, decía el claim del vídeo…
Para horror de Jørgen Peder Steffensen, uno de los científicos que lo protagoniza. Steffensen explicó a el servicio de verificación de ABC News (y, previamente y en castellano, AFP Factual), que el vídeo está descontextualizado, que no recoge los hechos y hallazgos de los últimos 20 años y que se ha manipulado, suprimiendo una reveladora declaración sobre Groenlandia.
Y la izquierda, agradecida
Sin embargo, las trompetas de Palmer desafinan. Pese a todo el ruido, gasto, intromisión y denuncia, pocas encuestan dan alguna opción a los trampistas australianos de tener representación alguna en los comicios del domingo. Un sondeo de The Guardian del 29 de abril les da un 2,5% del voto; el de Roy Morgan del 22 de abril les incluye en el 3,5% para partidos menores. YouGov, en su encuesta publicada el 30 de abril, ni les menciona.
¿En qué ha impactado entonces la campaña de Trumpet of Patriots? En el voto… de la izquierda. El miedo a la derecha y a los ultraconservadores ha movilizado al electorado australiano. “Está haciendo muy feliz al Partido Laborista”, afirmaba el antiguo estratega del Labour australiano Kos Samaras en el Australian Financial Review. En un parlamento donde la mayoría son 76 escaños, la izquierda australiana ha pasado de los 66 escaños que YouGov les otorgaba el 16 de febrero a los 84 previstos en el sondeo del 1 de mayo. La Coalición, el equivalente al centro derecha, sumaba 73 escaños en la proyección del 16 de febrero. En la del 1 de mayo apenas llega a 47.