Cristina Clemente y Marc Angelet, dramaturgos: “¿Hay que decirles siempre la verdad a los hijos?”

Crianza

Son los autores de ‘Lapònia’, una comedia teatral que se ha representado en varios países y triunfa en la cartelera barcelonesa abordando un tema universal: la familia y las distintas formas de educar a los hijos 

obra teatre Laponia

Una escena de ‘Lapònia’, obra que se ha convertido en un éxito internacional, con más de 300.000 espectadores

DavidRuano

Dos matrimonios se encuentran en Finlandia para celebrar la llegada de Papá Noel con sus hijos pequeños. Todo va bien hasta que uno de los niños explica al otro que Papá Noel no existe; que es un personaje inventado por los padres para manipular a los hijos y que se porten bien. Estalla entonces el conflicto entre los adultos, que tienen dos maneras diferentes de enfocar la crianza: para la pareja que vive en Finlandia, la mentira, del tipo que sea, es inadmisible. Por contra, los padres mediterráneos la consideran una herramienta para crear magia, algo fundamental en la infancia.

La discusión va in crescendo y deriva en grandes preguntas y en un divertido choque entre costumbres y valores familiares. La obra, que se representa en Barcelona hasta el 22 de junio, ha sido un éxito internacional, con más de 300.000 espectadores. En parte porque, como reflexionan sus autores, Cristina Clemente y Marc Angelet, los conflictos familiares son un tema universal.

Venimos de una generación muy dictatorial, donde el maestro podía pegar los niños o faltarles el respeto. Ahora nos hemos ido al otro extremo...

Cristina ClementeDramaturga
obra teatre Laponia

De izquierda a derecha: David Bagés, Marc Angelet, Anna Sahun, Cristina Clemente, Míriam Iscla y Albert Prat   obra teatre Laponia

DavidRuano

¿De donde surge la idea para escribir Lapònia?

Cristina Clemente: Un día, el actor Roger Coma nos explicó que él no hacía el ‘cagatió’ ni celebraba los Reyes con su hijo. Después, conocimos más gente que ponía este tema entredicho, que consideraba que era mentir a los niños y no lo quería hacer. Tanto Marc como yo tenemos hijos y nos pareció que el tema presentaba un buen dilema, lo que nos atrajo para escribir.

La obra se estrenó en 2018 y se ha representado en varios países. ¿Este éxito refleja el gran interés que hoy existe por los temas de crianza?

Marc Angelet: Para mí, la crianza es algo que cambia constantemente. Los hijos son diferentes cada día y te vas enfrentando diariamente a nuevos retos, sin manual de instrucciones. Y tú te vas adaptando e intentas leer y ver cómo afrontarlo. Siempre decimos que escribimos Lapònia no para dar respuestas, sino para plantearnos preguntas, como si la verdad es tan buena como dicen. Plantamos cuatro personajes en escena, con opiniones completamente diferentes y queremos que cada cual defienda la suya.

Lee también

¿Lapònia trata de las diferencias culturales entre el norte y el sur o de diferencias generacionales?

C.C.: A pesar de que lo concretamos hacia este sistema educativo tan admirado, que es el de Finlandia, en el fondo hay algo generacional: sobre si la educación era mejor antes que ahora, el debate entre las emociones y los contenidos… Nosotros venimos de una generación donde todo había sido muy dictatorial, a nivel político y escolar, donde el maestro podía pegar los niños o faltarles el respeto. Pero ahora pasa como con el arte, hemos ido al otro extremo y, quizás, se trata de encontrar un equilibrio.

M.A.: La obra también habla un poco de este choque de culturas que, además, a nivel de comedia funciona muy bien. Tomamos el caso paradigmático de la escuela finlandesa y los nuevos modelos educativos, que cuando llegaron aquí nos generaron tanta fascinación, aunque no sabemos si servirán o se adaptarán a nuestra sociedad. Ahí está el personaje de Olavi, el padre finlandés: tiene opiniones que puedes defender y otras que no le comprarías; como esa sinceridad al 100%.

Envidio a los padres que están tan seguros de todo y saben muy bien cómo se tienen que hacer las cosas. Yo tengo muchas dudas con cualquier decisión

Cristina ClementeDramaturga
Presentación de la obra 'Lapònia', con David Bagés, Anna Sahun, Míriam Iscla, Nelson Valente (director) y  Albert Prat

Presentación de la obra 'Lapònia', con David Bagés, Anna Sahun, Míriam Iscla, Nelson Valente (director) y Albert Prat

Ana Jiménez

Olavi, en cierto modo, representa a esos padres que se sienten un poco moralmente superiores al resto. ¿Lo escribieron con esta idea?

C.C.: No creo que estos padres que mencionas lo hagan por un tema de superioridad moral, sino porque se han documentado mucho y creen firmemente en aquello que hacen. A veces, yo envidio a los padres que están tan seguros de todo y saben muy bien cómo se tienen que hacer las cosas. Porque yo, cada vez que tengo que tomar cualquier decisión —como si al niño lo tengo que apuntar a fútbol o no—, tengo muchas dudas.

M.A.: A mí me pasa un poco lo mismo: a veces tengo la sensación de no saber muy bien qué hacer. Nuestro manual de instrucciones a la hora de educar viene de lo que has visto, de lo que han hecho tus padres contigo. Y, en el momento que hay alguien que replantea qué es la educación, que replantea cuál tiene que ser la relación con los hijos, más allá de lo que tu sociedad entiende como normativo, te choca. Y sí, parece que sus opiniones están por encima de las del resto. Pero es interesante que, como padres, nos reciclemos permanentemente, nos hagamos preguntas y estemos cada vez más informados. La crianza es un trabajo complejo e importante a nivel social: ¡estamos educando a las nuevas generaciones!

Muchos educan en la sobreprotección, como el personaje de Mònica, la madre catalana, obsesionada por su hijo, con miedo a que se traume por saber la verdad sobre Papa Noel…

C.C.: No creo que esté más obsesionada que lo que Olavi está con su hija, aunque ella representa un personaje más mediterráneo. Jugamos mucho con las diferencias entre norte-sur: entre el carácter más mesurado del norte y este carácter más abierto, más pasional, de aquí. Ese: “Ahora me enfado mucho, te lo digo a la cara y te insulto”, pero después no nos cuesta nada decirnos que nos queremos. Este modelo familiar, que implica poderse decir lo bueno y lo malo, es el que quizás Marc y yo hemos vivido.

Lee también

Paola Roig, la psicóloga que desmonta las teorías sobre la crianza: “Hay que volver al sentido común”

Rosanna Carceller / RAC1
Paola Roig pide dejar de

Lapònia es una obra de ficción, pero lo que sí que es real es que cada vez más padres llevan a sus hijos a ver a Papa Noel… a Laponia. Como tantas otras cosas, esta experiencia es casi un nuevo requerimiento para hacerlos felices. Pero, ¿es necesario?

M.A.: Hoy hay toda una serie de actividades que has de hacer con tus hijos, sí o sí, para ser un “buen padre”: ir a Eurodisney en París. O a Madrid, a ver El Rey León. No permitirás que tu hijo no haga una cosa que sus compañeros están disfrutando. Yo, de pequeño, no viajé a ninguna parte y ahora es muy normal que los niños viajen, es un valor. Supongo que cada generación va teniendo unas dinámicas, pero son cosas que sabemos que les gustan, que disfrutan.

C.C.: Somos también una generación de padres que ha querido estimular mucho los niños: los llevamos a museos, a teatros, a conciertos y no sé cuantas cosas más. Tenemos niños muy estimulados; quizás demasiado. No sé hasta qué punto es bueno o malo.

Somos padres que hemos querido estimular mucho a los niños: museos, teatros, conciertos y no sé cuantas cosas más. No sé si es bueno o malo...

Cristina ClementeDramaturgo

¿Qué les parece más sorprendente: explicarles niños que Papa Noel y los Reyes no existen o lo contrario: esa conspiración nacional de cada año, con las cabalgatas abriendo los telediarios?

C.C.: De niña yo viví los Reyes con mucha ilusión y he querido pasar mi vivencia a mis hijos. Te diría que, en mi casa, era el día más importante del año y, para mí, celebrarlos era algo indiscutible. También te diré que mientras mi hijo los ha vivido con mucha ilusión (y materialismo), siempre me ha parecido que mi hija no se lo acababa de creer.

¿La mentira —o la omisión de ciertas realidades— es algo bueno o malo en la crianza?

M.A.: Como con otros grandes temas con los hijos, no tengo una respuesta sobre qué es mejor: si decirles la verdad siempre, como hacen unos de los padres de Lapònia, o decirles mentiras de vez en cuando. Lo que sí me pasa es que mi hijo ha sido muy preguntón y pertenece a una generación que, con el móvil y Google, tienen muy claro que se les pueden dar respuestas inmediatas. Y, aunque hay cosas que tú, de entrada, no quieres tocar aún, algunas son tan evidentes que, al final, intento siempre dar respuestas.

C.C.: Nosotros intentamos medir mucho qué decimos ante los niños, como también medimos el tema de las noticias: ya llegará el momento en que le haré entender lo que es una guerra. No se trata de hacerles ver que el mundo no es el que es. Pero hay cosas que, a según qué edad, no hace falta explicarlas aún. Si me preguntan, evidentemente, respondo. Pero intento no poner temas encima de la mesa que creo que no están en edad de asumirlos

Lapònia se ha representado en siete países y se ha prorrogado en Barcelona. Suma más de 300.000 espectadores: ¿Cuál es la razón del éxito?

C.C.: Es una gran pregunta. Y si supiéramos la respuesta, escribiríamos muchas más obras como esta. A veces, es una cuestión de conexión: todos somos padres o hijos, pero difícil saber exactamente qué es lo que atrapa tanto. De todos modos, acabamos de escribir la segunda parte de Lapònia, con los hijos ya adolescentes.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...
OSZAR »