Durante la madrugada del domingo, quienes se encontraban esperando en la sala principal del hospital Ruben Caporaletti, en Argentina, fueron testigos de cómo una lluvia de balas impactaba contra el frente del centro médico. A las 2:35 horas de la madrugada, los disparos y el estallido de los vidrios de la entrada sorprendieron a los que aguardaban para ver a un médico o acompañaban a un familiar internado.
“Primero pensé que había explotado la electricidad”, dijo uno de los testigos del hecho, que se encontraba esperando en la entrada del hospital que atendieran a su hijo. El hombre ha hablado este lunes por la mañana con los medios y ha relatado que, cuando vio que los vidrios estallaban y entendió que eran disparos que venían de la calle, se tiró al suelo.
“Vi motos, tres o cuatro. Serán internas del hospital, no quiero decir nada porque no sé nada”, ha explicado ante la consulta de los medios de comunicación y ha señalado que quienes atacaron el frente del centro médico “no intentaron ingresar” al edificio, que se encuentra sobre la Avenida Croacia 2300.
Tiroteo
Varias personas que se encontraban en la sala de espera se tiraron rápidamente al suelo al escuchar los disparos
Asimismo, detalló que el policía que se encontraba dentro del centro médico, quien respondió inmediatamente al ataque, era un hombre, a diferencia de lo que había trascendido inicialmente, que era mujer. “El policía pensó que éramos nosotros” los que estaban disparando porque estaban fuera. Sin embargo, luego notó que los disparos provenían de la calle.
El testigo se encontraba en la puerta del hospital esperando junto a un amigo de su hijo y ambos se salvaron de recibir el impacto de una bala gracias a la parada de autobús que se encuentra en la calle, que frenó los disparos justo en la zona donde se encontraban, tal como se puede ver en el vídeo de las cámaras de seguridad. Su hijo, que se encontraba dentro del hospital, también se salvó de milagro: “Le pasó una bala cerquita de la cabeza”, detalló.
Una vez finalizada la ráfaga de disparos, el personal de seguridad pidió documentos de identificación a los presentes para constatar antecedentes. “Nos quedamos hasta las 4 de la madrugada para que nos tomen declaración”, ha explicado el testigo, que todavía está esperando que lo llamen de la fiscalía.
Su hijo se encontraba ingresado esa noche en el hospital Caporaletti tras sufrir un accidente en moto. “Había salido a comprar cervezas y se cayó, estaba medio ebrio. El amigo lo trajo y me vino a avisar”, ha explicado el hombre, que se acercó a hablar con los medios este lunes para aclarar algunas versiones que involucraban a su familia en el ataque.
“Vengo a aclarar porque salieron a decir que era culpa de mi hijo. La policía apuntaba contra nosotros”, ha indicado respecto a versiones iniciales que señalaban la posibilidad de que se tratara de un ajuste de cuentas vinculado al joven. Otra de las hipótesis ronda en torno a una causa por violencia de género contra una enfermera, quien recientemente solicitó un botón antipánico.