Ya está aquí. El día más importante de la música a escala europea, la cita marcada en rojo –o dorado, o plateado, lo que cada uno guste– en el calendario de todo eurofanático que se precie. El Festival de la Canción de Eurovisión 2025 emite su gran final en la noche de este sábado 17 de mayo, y aunque Melody sea la representante vigente, seguro que a más de uno le despierta el certamen un ápice de nostalgia.
Esa nostalgia comprensible, sobre todo si se tiene en consideración que el concurso de canciones lleva emitiéndose de forma ininterrumpida desde el año 1956. Solamente pudo frenar su celebración la pandemia de la COVID-19 en 2020, contabilizándose con la que de este año un total de 69 ediciones. De ellas, 65 han contado con la presencia de España, aunque solamente en dos de esas ocasiones ha logrado nuestro país hacerse con el oro. La primera en lograrlo fue Massiel.
Fue complicado
Massiel, contundente sobre su participación y su triunfo
Corría el año 1961 cuando la delegación de Radiotelevisión Española debutó en la sexta edición del certamen, celebrada en la ciudad francesa de Cannes. No obstante, para que la nación consiguiese erigirse en vencedora hubo que esperar a Londres 1968 y el mítico La, la, la. Una canción compuesta por Manuel de la Calva y Ramón Arcusa que iba a interpretar Joan Manuel Serrat, pero sus deseos de cantar una parte en catalán dejaron su participación en agua de borrajas.
Massiel, en el Royal Albert Hall interpretando 'La, la, la' en 1968,
En su defecto, su misma casa discográfica eligió a Massiel, quien a toda prisa regreso de su gira en México para ponerse manos a la obra. Difícilmente hubiera augurado que aquella decisión la llevaría a ostentar por siempre jamás el título de primera ganadora española del festival, con un tema que ya es himno, pero que en realidad ella guarda en su memoria con menos cariño de lo que podría imaginarse.
Prueba de ello quedó en las declaraciones que ofreció a Vanity Fair el pasado 2020, en las que evidenciaba que su recuerdo de todo lo que aconteció –antes, durante y después de su triunfo– es más bien amargo. “Tendría que haber hecho como Julio Iglesias, quedarme cosechando éxitos en América. Ganar Eurovisión me destrozó la vida”, sentenciaba a la citada publicación.
En América no sucedió
La victoria le valió quedar encasillada durante un tiempo
Un destrozo que se entiende desde muchos prismas, a pesar de que el sentir de la propia cantante que lo vivió sea el que más importancia le da. Ese que comienza cuando su padre le advirtió con un “te van a crujir” tras aceptar sustituir a Serrat, y que sigue con el relato sobre cómo su trayectoria eurovisiva terminó por encasillarla dentro de la industria.
Massiel también recordó su trayectoria en el programa 'Lazos de sangre'.
Sobre todo en España, claro está, donde inevitablemente siempre se la recordará por ser la Massiel del La, la, la y en muchas ocasiones se relegan a un segundo plano muchos de sus triunfos en las casi seis décadas que ha estado en activo. No obstante, en esa misma entrevista ponía sobre la mesa su paso por Sudamérica, donde fue número uno antes incluso de pisar el Royal Albert Hall en 1968. “Hay tres generaciones de madres que bautizaron a sus hijas con su nombre”, rememoraba con cariño. La otra cara de la moneda.