España y Europa: 40 años de progreso

Tribuna

El español es uno de los pueblos europeos que más unidos a la UE se sienten

La bandera de España y de la Unión Europea ondean en la Sede de la SEPI, a 7 de febrero de 2025, en Madrid (España). La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) es una empresa pública española que tiene como finalidad la gestión de las participaciones empresariales de titularidad pública.

La bandera de España y de la Unión Europea

Eduardo Parra / Europa Press

El 12 de junio de 1985, hace exactamente 40 años, España firmó el tratado que confirmaba su adhesión a la Comunidad Económica Europea. Este tratado marcó un hito histórico no solo para España, sino también para el proyecto europeo en su globalidad. Confirmó el regreso de la península Ibérica a la familia democrática europea.

La adhesión de España a la Comunidad Económica Europea fue de la mano con una profunda transformación de la sociedad y de la economía española, favoreciendo la consolidación de las instituciones democráticas, la apertura a la economía de mercado, el desarrollo de las infraestructuras y el refuerzo de la cohesión social. Marcó el regreso de España al centro del proyecto europeo y abrió un camino de transformación, de convergencia y de solidaridad.

La adhesión de España, junto con Portugal, también fue un momento histórico para las comunidades europeas, que seguían ampliándose tras las adhesiones de Irlanda, el Reino Unido, Dinamarca y Grecia.

Desde entonces, España ha sido uno de los miembros más activos del proyecto europeo, poniendo sobre la mesa ideas y la pericia de sus diplomáticos al servicio de la integración y de la unidad del continente europeo. Personalidades españolas desempeñaron un papel de primer orden dentro de la Unión, desde Enrique Barón hasta Teresa Ribera, pasando por Josep Borrell, así como, por supuesto, Javier Solana.

Los presidentes del gobierno español siempre han demostrado, ellos también, un europeísmo inquebrantable. Siempre acudieron cuando se tenían que tomar grandes decisiones. De hecho, las presidencias españolas del Consejo siempre coincidieron con momentos importantes de la construcción europea. En el segundo semestre del 2023, la última hasta la fecha, la quinta presidencia de España permitió concluir negociaciones esenciales: la reforma de las normas de gobernanza económica, el pacto sobre migración y asilo y la reforma del mercado de la energía.

Efectivamente, el apego de España a la Unión jamás pudo desmentirse: el pueblo español sigue siendo hoy en día uno de los pueblos europeos que más unidos a la Unión Europea se sienten, como lo demuestran las sucesivas encuestas del Eurobarómetro.

Como embajadoras de Francia y de Alemania en Madrid, nos congratulamos de la gran asociación que une a nuestros tres países en numerosos ámbitos, ya sea el de las transiciones ecológica y digital, la defensa de los valores democráticos o el refuerzo de la sobe­ranía y de la autonomía estratégica ­europeas.

Además, desde 1986, Francia y Alemania han trabajado con España para avanzar en la integración europea y prosiguen sus esfuerzos comunes para reforzar la soberanía europea. Compartimos el mismo apego a los valores y principios de la Unión. Compartimos una misma voluntad de apoyar a Ucrania frente a la agresión rusa y de reforzar el pilar europeo de la OTAN, al igual que nuestra voluntad de reforzar la base industrial y tecnológica de defensa europea. Compartimos la misma ambición de aumentar la competitividad y la prosperidad de Europa mediante un incremento de las inversiones en investigación y en los sectores clave, la implementación de una verdadera unión del ahorro y de las inversiones o un esfuerzo de simplificación de la normativa. Por último, compartimos un profundo compromiso con la circulación de ideas y la Europa de la cultura, cuya diversidad tenemos que atesorar para seguir afirmando lo que somos como europeos y europeas.

Estamos orgullosos de lo que hemos construido y conseguido juntos a lo largo de estos cuarenta años. Ahora que la Unión se enfrenta a nuevos desafíos, el aniversario de la firma de este tratado nos recuerda con contundencia que la unidad y la solidaridad entre los pueblos europeos son fundamentales para un futuro común, basado en la paz, la prosperidad y la democracia. Francia y Alemania saben que pueden contar con la amistad indisoluble de España. Seguiremos actuando, codo con codo, por una Europa más soberana, más fuerte y que promueva sus intereses y valores.

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