En 1836 se produjo la desamortización o expropiación, para muchos injusta, de los bienes de la Iglesia. La mayoría de los monjes, en muy pocos días, quedaron mendigando por las calles. El arte eclesiástico, pintura y escultura, se almacenó en el convento de La Trinidad, en Madrid, y posteriormente serviría para la creación del Museo del Prado. Bastantes obras importantes fueron sacadas de iglesias y conventos catalanes. Proponemos realizar un inventario de estas pinturas y esculturas y que los políticos catalanes reclamen estas obras, que fueron injustamente sacadas de Catalunya, para que puedan ser expuestas en museos catalanes.
Joaquim Oller Riera
Barcelona
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