Imprudencias

Ser prudente significa hablar o actuar con cautela, moderación y reflexión. El término prudencia implica cordura y previsión, y requiere conocimiento. Los populismos, además de otros muchos defectos, también pecan de imprudencia. Y las declaraciones y acciones irreflexivas, cuando provienen de personas poderosas (líderes políticos y otras figuras influyentes), pueden causar calamidades irreversibles. No obstante, incluso aquellos que, sin ejercer ningún poder público, también son atrevidos deberían reflexionar. A ellos quisiera hacerles ver que opinar es absolutamente legítimo, pero proponer soluciones simplistas a problemas complejos es una forma de imprudencia que deberíamos evitar. Cuando veo a tantos ofreciendo soluciones rápidas y concluyentes a problemas de gran complejidad, recuerdo las múltiples imprudencias urbanísticas del equipo de Ada Colau en Barcelona (como Consell de Cent), todas ellas carentes de una base rigurosa y científica.

Jordi Querol

Subscriptor Barcelona

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