La OTAN ha decidido doblegarse a Donald Trump y apostar porque los países aporten a la defensa el 5% del PIB antes del 2032. Las presiones del Pentágono, que es quien controla la Alianza Atlántica, han conseguido que los países europeos cedan a sus exigencias, cuando hace un par de meses se hablaba de contribuir con el 3% de la riqueza de los estados miembros. El temor de la UE a los aranceles de Trump ha sido decisivo.

Un especialista del ejército de Ucrania ajusta un dron cerca del frente de Zaporiya esta semana
Existen peligros reales de seguridad en Europa, pero lo que está exigiendo la Casa Blanca es que invirtamos en defensa, que no es exactamente lo mismo. Y sobre todo está invitando a la UE a comprar blindados, misiles y armas a EE.UU., que es el primer fabricante del mundo.
Ucrania destruyó 40 aviones rusos por valor de más de 2.000 millones con drones de 430 euros
Pero las guerras no son lo que eran. Acabamos de ver como Ucrania lanzaba 114 drones, que costaban 430 euros cada uno, contra una base rusa en Siberia y destruía más de 40 aviones, incluida una nave de reconocimiento y bombarderos estratégicos, capaces de lanzar armamento nuclear, cuyo coste superaba los 2.000 millones de euros. Además, hemos sabido que Ucrania ha destruido más de 4.000 carros de combate rusos desde que empezó la guerra. Cada uno de estos tanques cuesta 20 millones de euros. La duda es si tiene sentido llenar los arsenales europeos de armas carísimas, que pueden ser neutralizadas con un juguete tecnológico.
Más que armarnos hasta los dientes como exige Trump, la inversión imprescindible en Europa es en seguridad. La vicepresidenta de la Comisión, Henna Virkkunen, ha dicho que es prioritario desarrollar una estrategia de telecomunicaciones para defenderse de los ataques a las infraestructuras críticas, de la ciberdelincuencia, del espionaje tecnológico y de las amenazas terroristas. Enrico Letta ha pedido, además, el impulso de la Agencia Espacial Europea. También en Ucrania, hemos visto como Elon Musk impidió con sus satélites que drones lanzados desde submarinos impactaran contra barcos rusos en el mar Negro, porque consideró que su empresa Starlink no debía involucrarse tanto en la guerra. Financial Times reflejaba en un titular esta relación: Estados Unidos-Europa, el final de un affaire. Pero no deberíamos aceptar el maltrato.