Lo que votarán los jóvenes

Lo que votarán los jóvenes
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Cada vez es más evidente que estamos en plena eclosión de la extrema derecha en los países occidentales. Salvo excepciones, el viraje hacia esas posiciones se afianza, arrastrando a veces a los partidos conservadores tradicionales. El fenómeno está arraigando entre los jóvenes, en la generación nacida a partir de los años 80, y en especial entre los hombres, no tanto en las mujeres. Un estudio que recoge hoy La Vanguardia en la sección de Política así lo corrobora y apunta alguna conclusión relevante de cara al futuro.

El estudio ha sido realizado por la Universidad Humboldt de Berlín, la London School of Economics y la Universitat Pompeu Fabra. Sus autores consideran que esa tendencia se mantendrá cuando los jóvenes que manifiestan hoy su afinidad con la extrema derecha sean adultos: “Lo que aprendes de joven es una mochila que arrastras durante el resto de tu vida”. Solemos pensar que en los primeros años con derecho a voto se eligen opciones más radicales y que el paso de los años atempera esos arrebatos. Pero el mencionado estudio alerta de que las ideas de la extrema derecha anidan en esos jóvenes y pasan a formar parte de su socialización cuando los partidos que las representan se instalan en las instituciones.

Recuento de votos en Polonia

Recuento de votos en Polonia

EFE/EPA/Andrzej Jackowski

Así pues, si las conclusiones del estudio son ciertas, la extrema derecha será una corriente política al alza en Europa en los próximos años. Pero nada está escrito, por supuesto. Otra de las conclusiones interesantes es el motivo que lleva a los hombres de la generación Z a elegir esas ideologías. En su opinión, los chicos se sienten perdedores de la globalización, atrapados entre el imposible acceso a la vivienda y los sueldos bajos. La presión social sobre los varones para que triunfen en esos ámbitos les provoca aún más inseguridad y sucumben con más facilidad a retóricas agresivas. A veces se ha querido simplificar esa diferencia de género en el voto a la extrema derecha atribuyendo el motivo a una reacción frente a políticas de igualdad que se considera que “han ido demasiado lejos”. Pero eso es una excusa. El problema no es el avance en los derechos de las mujeres. La cuestión es proporcionar expectativas vitales a toda una generación.

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