La ya tradicional reunión anual del Cercle d’Economia, que este año ha celebrado su 40.º aniversario, ha estado presidida en buena medida por el clima de rechazo político, empresarial y social a la oferta pública de adquisición (opa) presentada por el BBVA sobre el Banc Sabadell. La inesperada consulta pública que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció en la cita y que ha abierto sobre la conveniencia o no de esta operación financiera ha tenido en este encuentro su primera y contundente respuesta: Catalunya se opone y se resiste a la pérdida de poder financiero que supondría que el Banc Sabadell –el cuarto banco español– deje de ser independiente y caiga bajo la órbita de otra entidad.
No hay duda que el clima de opinión mayoritario expresado en la reunión del Cercle será determinante en la decisión final de aprobación o rechazo de la misma que recae en el Ministerio de Economía o, en su defecto, en el Consejo de Ministros. El mismo president de la Generalitat, Salvador Illa, fue claro al afirmar ayer, en la clausura del encuentro, que está en sintonía con lo que piensa una mayoría de catalanes y que preferiría que la citada opa “no saliera” adelante. Horas antes, en el Parlament de Catalunya, con respecto a la misma cuestión, había afirmado que defenderá sin temblor de piernas los intereses de Catalunya.
El importante rechazo territorial a la opa, que también existe en la Comunidad Valenciana, es un factor que probablemente los directivos del BBVA no tuvieron suficientemente en cuenta al tomar la iniciativa. La reunión del Cercle, en este aspecto, ha sido muy reveladora. La defensa de la independencia y continuidad del Banc Sabadell como tal, en cualquier caso, no supone un rechazo ni un menosprecio al BBVA, ya que es uno de los grandes bancos europeos y españoles, con una gran presencia en Catalunya, igual que en Valencia, dónde desarrolla una ejemplar, importante y valorada prestación de servicios financieros. Hay que apostar por que se reconduzca la actual situación, debido a los intereses superiores en juego, de la mejor manera posible para ambas entidades.
Clima a favor de un Banc Sabadell independiente en el tradicional foro empresarial catalán
Sin embargo, el principal objetivo de la reunión del Cercle d’Economia de este año, como la entidad planteó en su última nota de opinión, era reflexionar en profundidad sobre los grandes retos europeos que nos implican a todos. Entre ellos, cómo conseguir la soberanía tecnológica, cómo compatibilizar la transición hacia una economía verde con el refuerzo del tejido industrial, cómo construir una defensa colectiva en un marco de soberanía militar de los Estados miembros y, asimismo, cómo financiar todas estas políticas y preservar, al mismo tiempo, los equilibrios presupuestarios.
Los desafíos y provocaciones del presidente Trump han acrecentado las incertidumbres en los debates y coloquios de las destacadas personalidades europeas y españolas asistentes al encuentro.
El presidente del Consejo Europeo, António Costa, insistió en las jornadas que la Unión Europea debe mantenerse unida, para encontrar soluciones mediante el diálogo, sin caer en la ingenuidad. Y alertó al presidente Trump de que la guerra arancelaria no tiene sentido si quiere que Europa incremente la autonomía estratégica en la seguridad del continente, ya que si hay que asumir más responsabilidades en defensa se necesita fortalecer la economía.
Incertidumbre ante los grandes desafíos europeos y el impacto de las decisiones de Trump
El dirigente europeo, asimismo, ha aplaudido la estabilidad política en Catalunya. “Me alegra ver que Catalunya ha vuelto”, dijo, ya que es una región de vanguardia europea, con un papel crucial en el crecimiento de España en un momento de inflexión histórica en Europa, marcado por la guerra entre Rusia y Ucrania.
En la nueva etapa de Catalunya, desde la reunión del Cercle, se han destacado una larga serie de problemas que sobresalen entre todos los demás, como es la falta de vivienda asequible, la necesidad de mantener las centrales nucleares para garantizar la suficiencia energética en el territorio, la excesiva carga tributaria que soportan los contribuyentes catalanes, el proyecto de una financiación autonómica singular, la resolución del colapso del sistema ferroviario de Rodalies y la ampliación del aeropuerto de Barcelona. Aunque no ha habido apenas avances ni propuestas concluyentes con respecto a todo ello. No sólo el proyecto europeo es como la Sagrada Família, como ha dicho António Costa, sino que también lo parece la propia Catalunya, ya que los retos también son enormes y de dimensiones históricas.