El congreso del PPE en València

El Partido Popular Europeo (PPE) clausuró el miércoles en València el congreso que había abierto un día antes, en plena resaca del apagón que dejó España a oscuras el lunes. Este ha sido el primer gran encuentro de las formaciones conservadoras europeas desde que el PPE se alzó con una clara victoria en las elecciones de junio del año pasado, reuniendo 188 escaños, frente a los 136 de los socialistas, lo que le permitió revalidar las presidencias de la Comisión Europea (con la alemana Ursula von der Leyen) y del Parlamento Europeo (con la maltesa Roberta Metsola).

El propósito de esta reunión era visibilizar el buen momento del PPE y “actualizar equipos y prioridades”; es decir, renovar su cúpula y establecer las líneas de actuación para los próximos años. En lo relativo a la cúpula, Manfred Weber fue reelegido por tres años para el cargo de presidente del PPE, con el 89% de los votos. Y la catalana Dolors Montserrat fue elegida como secretaria general de dicha formación con el 93% de los votos. Es una buena noticia para el PP, que gana protagonismo europeo, y lo que algunos interpretan como un movimiento para contrarrestar la notoriedad de la socialista Teresa Ribera, exvicepresidenta del Gobierno de España, como vicepresidenta primera, comisaria de Competencia de la Comisión Europea... y número dos de Von der Leyen.

Respecto a las líneas de actuación, y aunque la referida al compromiso en materia de defensa es central, como también lo son el esfuerzo para simplificar la legislación europea o la formulación de una nueva directiva de retornos de inmigrantes, se han aprobado decenas de acciones, presentadas por distintas fuerzas. Entre ellas, las impulsadas por el PP español, que es el segundo del PPE por número de escaños apor­tados a la Eurocámara. Entre las propuestas destacan la relacionada con un sistema de alerta temprana para emergencias climáticas o la que rechaza los intentos de instrumentalizar políticamente o interferir en el poder judicial y la Fiscalía.

El PP gana presencia en Europa con la elección de Dolors Montserrat como secretaria general del PPE

Estas dos líneas están obviamente entroncadas con la escena política española, en la que el PP desarrolla su tarea de oposición al Gobierno presidido por el socialista Pedro Sánchez. De hecho, la realidad española ha impregnado parte del congreso. Empezando por la elección de València como sede del mismo en junio del año pasado, cuando el PP la defendía ante sus correligionarios europeos argumentando que era una “ciudad abierta y referente de buena gestión”.

Esta última parte de la afirmación quedó en entredicho el 29 de octubre pasado, hace ya más de seis meses, cuando una dana arrasó la Comunitat Valenciana, causando 228 víctimas mortales y muy elevados daños materiales, lo que desde entonces ha propiciado multitudinarias manifestaciones en las que se viene exigiendo, sin éxito, la dimisión del presidente valenciano, el popular Carlos Mazón, por considerar que su gestión en aquella aciaga fecha fue inadecuada y reprobable.

Así las cosas, el PP trató de trasladar la sede del congreso de València a Madrid, para librarse de la sombra de Mazón, algo a lo que el PPE no accedió, aduciendo razones económicas. Pero, una vez empezado el congreso, el PP sacó pecho e insistió en su estrategia. En la jornada del martes abundó en críticas al Gobierno por la falta de información relativa a las causas del apagón, pese a que los técnicos expertos en la materia ya han manifestado que eso puede llevar semanas y meses, dada la complejidad del sistema energético.

Weber se acerca a Meloni y toma distancia de la ultraderecha de Orbán y Le Pen

Dejando de lado estos lances en clave española, es oportuno resaltar el golpe de timón político dado por Weber al PPE en este congreso. Si antaño tendió puentes con la extrema derecha, en València Weber tomó distancia de las formaciones ultras que encabezan Orbán en Hungría o Le Pen en Francia, ambas integradas en el grupo Patriotas por Europa, al igual que Vox, al tiempo que alababa el compromiso de Meloni con el proyecto europeo y los derechos humanos: una corrección de rumbo significativa en tiempos de auge populista. Y que también tiene una lectura española, puesto que Mazón ha llegado a un acuerdo con Vox para aprobar los presupuestos en su comunidad.

Dicho lo cual, añadiremos que el congreso del PPE ha sido, en términos de capacidad de convocatoria, un éxito. En él han participado desde el presidente de la fuerza convocante, Weber, hasta la presidenta de la CE, o Friedrich Merz, futuro canciller alemán, además de primeros ministros y líderes de los partidos conservadores. València ha reflejado, pues, el buen momento del PPE, cuyo horizonte, sin embargo, no está despejado: los desafíos a los que se enfrenta Europa, y por tanto su fuerza mayoritaria, son muy preocupantes.

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