Los cronistas parlamentarios de Madrid aseguran que, en la reciente comparecencia ante la comisión de investigación del Congreso de los Diputados, Cristóbal Montoro iba preparado con una cartera llena de papeles, pero lo que realmente le cogió por sorpresa fue la intervención de la diputada de ERC. La republicana Pilar Vallugera, ante la respuesta del exministro de Hacienda de que no había participado en la operación Catalunya porque no existió, se rebotó porque le había llamado “señora”. “Oiga, yo soy el señor Montoro, ¿pero señora es ofensivo?”. La respuesta de Vallugera fue rotunda: “Utilizada con su tono, sí”.

El exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro
De esta comisión quedarán más anécdotas que realidades. Pero de que un sector del gobierno de Mariano Rajoy no tuvo el mínimo escrúpulo en atacar el honor de personajes relevantes del independentismo, fabricando pruebas falsas o saltándose las reglas del juego democrático en su afán por salvar España, quedan pocas dudas. Es posible que Montoro viera cosas raras en documentos que salían del Ministerio del Interior, pero me atrevería a asegurar que no participó de esta estrategia.
Cristóbal Montoro no entendió por qué se ofendió la diputada de ERC por llamarle señora
Una circunstancia personal me hace creer en ello. Recuerdo que, siendo director de este diario, entró en mi despacho un redactor al que la policía le había hecho llegar un informe. Según esta investigación de la UDEF, Oleguer Pujol, el hijo menor de la familia del president, habría ocultado (y blanqueado) 3.000 millones por la venta de locales e inmuebles del Banco de Santander. El caso acabó archivado nueve años después por la Audiencia Nacional.
El Mundo es el diario que le dedicó más espacio. Puse a trabajar al subdirector de Economía, Manuel Pérez, para comprobar si la información tenía alguna base. Mientras, yo llamaba a Cristóbal Montoro para saber su opinión. Lo encontré a las diez de la noche, mientras volvía a Madrid en AVE. Cuando le expliqué el caso, no le dio ninguna credibilidad. “¿Tú crees que Hacienda no sabría nada sobre 3.000 millones de comisiones por unas ventas inmobiliarias?”. Era el aniversario de Montoro, lo celebraba con un bocadillo en el tren. La historia de Oleguer no le quitó el hambre. Me recomendó que tirara la documentación a la papelera.