Mark Zuckerberg ya no es un robot: cómo el CEO de Meta ha cambiado su imagen para caerte mejor

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Surf, Muay thai, ropa cool y joyas. El CEO de Meta ha cambiado su imagen para dejar atrás su aspecto de robot... y ha comenzado a molar.

Mark Zuckerberg

Mark Zuckerberg

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En 2018, Mark Zuckerberg era el antagonista declarado de la tecnología moderna. Su nombre iba de la mano con escándalos de privacidad y su imagen era un meme. La gente le trataba como si fuera un robot con camiseta gris y mirada neutra. Y su empresa, Facebook, se desangraba en confianza pública tras el desastre de Cambridge Analytica. Parecía el principio del fin. Pero estuvo lejos de serlo.

En medio de una crisis de imagen que le hacía caer cada vez peor y ni siquiera parecer humano (al más puro estilo Joe Biden), Zuckerberg hizo un movimiento clave: le escribió un email a Peter Thiel, uno de los primeros inversores de Facebook y parte de su consejo de administración.

Captura del email con Peter Thiel

Captura del email con Peter Thiel

Google

En el email, el CEO le pedía un consejo desesperado. Sabía que su imagen pública había cambiado a peor, admitiendo que necesitaba redefinir cómo se comunica. Entendía que gran parte de la audiencia de Facebook eran millennials, y que él —consciente o no— se estaba convirtiendo en una figura representativa de esa generación. Y Thiel se lo resumió mejor que nadie: “Zuckerberg es visto como la única persona que da voz a las esperanzas, miedos y experiencias únicas de esta generación.”

Seis años después de aquel email, Zuckerberg hace surf en traje, lanza chistes en podcasts y luce cadenas de oro como si fueran parte de su branding corporativo. ¿Qué ha pasado aquí?

Mark Zuckerberg

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Bienvenidos al nuevo modelo: Zuck 2.0

El renombramiento de Facebook como Meta no fue solo un gesto cosmético. Fue una operación quirúrgica de marketing, un reinicio simbólico y estratégico. Con ese simple gesto, Zuck enterró el pasado tóxico, se colgó la etiqueta de visionario futurista y se colocó a la cabeza del metaverso, un territorio aún por conquistar donde podía redefinir las reglas… y su propia figura. Y si bien parecía que la cosa no fue tan exitosa, solo hay que echar un ojo a la reputación del magnate para darse cuenta que le salió a pedir de Milhouse (perdonad por la referencia simpsoniana).

La estrategia que lo hizo posible se resume en cuatro siglas: R.A.C.E.

Reach: redefinir la audiencia, conectar con los millennials.

Act: moverse, cambiar, ejecutar.

Convert: convencer con hechos, no promesas.

Engage: conectar desde lo humano, incluso si eso significa hacer wakeboard en traje.

Mark Zuckerberg haciendo Muay thai

Mark Zuckerberg haciendo Muay thai

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Y sí, también se vistió mejor. Lo cual no era demasiado difícil, a decir verdad. Pero lo verdaderamente revolucionario fue que empezó a parecer… humano. Hoy, lo vemos con chaquetas de lana, cadenas doradas y una sonrisa casi auténtica. No es casualidad. Y probablemente sea el mismo tipo raro que entonces. Pero la estrategia le ha salido bien.

Tras la charla con Thiel, Zuckerberg entendió algo clave: hoy no basta con crear tecnología, hay que encarnar su narrativa. En un mundo donde la imagen vale tanto como la innovación, reinventarse no es una opción. Es el único camino. 

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