La pastilla contra la leishmaniosis no evita la picadura. El parásito ya ha entrado en el cuerpo cuando empieza a hacer efecto. Esa es una de las razones por las que cada vez más veterinarios recomiendan optar primero por soluciones externas.
Collares, pipetas o sprays que directamente impidan el contacto entre el insecto y el perro. Sobre todo cuando se trata de pulgas, garrapatas y mosquitos, que ya han empezado a proliferar con el aumento de las temperaturas.
Primera línea de defensa
Mejor prevenir que lamentar cuando se trata de parásitos y calor
Desde su cuenta profesional, la veterinaria María VetiCan ha recordado que la exposición a estos parásitos no solo afecta a los perros, también puede suponer un riesgo para las personas. En palabras suyas, publicadas en su perfil, “si no has protegido a tu perro contra los parásitos ya estás tardando; con la subida de temperaturas ya empiezan a salir y transmiten enfermedades al perro y a los humanos”.
Aunque existen distintas combinaciones posibles, el orden de preferencia está bastante claro. Lo ideal, según VetiCan, es aplicar uno o dos productos repelentes de uso tópico que impidan directamente que el insecto llegue a morder. Si eso funciona, no haría falta recurrir a opciones orales.
Sobre las pastillas, advierte de tres puntos importantes. El primero, que requieren que el parásito llegue a picar. El segundo, que no evitan la transmisión de la leishmaniosis. Y el tercero, que se trata de un producto sistémico, es decir, que se distribuye por todo el cuerpo del animal.
Por eso, sugiere limitar su uso a los meses de calor más intenso, y siempre como complemento puntual. La elección del tratamiento más adecuado dependerá del entorno, del nivel de exposición y de la sensibilidad del propio animal. Un perro que vive en zona rural y tiene alergia a ciertos compuestos necesitará una combinación diferente a otro que pase la mayor parte del tiempo en una ciudad.
En cualquier caso, aconseja usar un máximo de dos productos al mismo tiempo. También insiste en registrar cada aplicación, anotar la aparición de parásitos si se detectan, y estar atento a posibles síntomas posteriores. Así se puede hacer seguimiento veterinario si fuera necesario. La prevención, en este caso, no es opcional. Ya están aquí.