Badosa, Tsitsipás y los perros de Bruce Weber: así se hizo la portada del año del ‘Magazine’

'Making of ' 

La pareja del año vista por el grande de la fotografía Bruce Weber en su casa de Golden Beach en Miami. Una portada sexy y memorable en el 'Magazine' de este fin de semana

Weber y Badosa durante la sesión de fotos en Miami

Weber y Badosa durante la sesión de fotos en Miami

Weber Studio

“Tan solo debo advertiros de una cosita”, les dijo Jesús Rodríguez al equipo-familia de Bruce Weber antes del shooting: “A Paula le dan miedo los perros”. Eran las dos de la tarde en Miami, y la casa estudio de Golden Beach desprendía un aire encantado. Silencio, bossa nova, risas bronceadas, la playa a diez metros. Todos se rieron ante la advertencia del periodista que firma la entrevista con Badosa y Tsitsipás que publicamos en estas páginas. Incluso pensaron que se trataba de una broma, aunque para compensar añadiera: “Con Stef no hay problema”.

Cómo se pasó de “a Paula le dan miedo los perros” a la tenista acariciando a Bonito

Paula Badosa llegó a la casa y exhaló hondo. Avistó el techo de vigas, las mesas con libros, la colección de fotos de Nan y Bruce –ninguna colgada en la pared– las orquídeas blancas, una pintura de Cecil Beaton, la jaula de las cacatúas… Bonito, Giacomo, Gordy, Spirit Bear y otros miembros de la adorable familia canina llenaban el espacio que parecía sacado de un relato de Joan Didion. Bruce, con su bandana motera y su bonhomía, invitó a que Paula lo siguiera hasta el jardín y le presentó a Bonito. 

Joana Bonet y Weber, en la casa del fotógrafo

Joana Bonet y Weber, en la casa del fotógrafo

Weber Studio
La pareja de tenistas mostró una perfecta compenetración durante el 'shooting'

La pareja de tenistas mostró una perfecta compenetración durante el 'shooting'

Weber Studio

No sé qué palabras intercambiaron, pero la tenista, pura fibra y mirada de águila, una campeona que mantiene intacto el acento de su pueblo, empezó a acariciar a Bonito con incredulidad, pisando esa línea que separa la fobia del goce.

Todo fue arrolladoramente real en aquella sesión de fotos, a pesar de su excepcionalidad. Bruce eligió personalmente la ropa, las joyas de Tiffany, los rosas sutiles del maquillaje de Carolina Herrera, la camisa de tirolés de Stefan. Y antes del primer disparo puso música: Sade, Kiss of life. Se hizo el silencio, y el fotógrafo y su equipo empezaron a moverse en una coreografía mil veces ensayada.

La luz de tarde en Miami no tiembla. Nosotros, sí, porque también se tiembla de belleza.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...
OSZAR »