Olvídate de la lechuga, del pollo hervido y de correr hasta desmayarte. Para perder grasa y ganar salud no hace falta encerrarse en una vida de penitencia alimentaria ni exprimir el cuerpo al límite. Lo que marca la diferencia son pequeños gestos diarios, bien pensados y sostenidos.
De eso va la rutina que sigue María Amador, experta en fitness y promotora del movimiento Good Move, que defiende una estrategia muy alejada de los extremos. Y es que el equilibrio —más que la restricción— es lo que realmente funciona.
Sin caer en los extremos
Romper mitos y construir hábitos realistas es el primer paso
En su día a día, Amador prioriza la planificación. Lo primero que hace por la mañana es desayunar antes de entrenar, algo que, según explica, le proporciona la energía que necesita para rendir mejor.
Después se va al gimnasio, donde combina fuerza y cardio suave en una misma sesión. Empieza con el trabajo de musculatura, porque considera que es lo más efectivo cuando el objetivo es reducir grasa sin perder masa muscular. Y para mantener el ritmo, durante el entrenamiento toma una bebida con limón y agua que, como señala, le ayuda a mitigar la fatiga que aparece al reducir las calorías.
Una vez termina la fuerza, pasa a caminar durante media hora a buen ritmo. No corre ni se exige al máximo. Solo busca sumar más gasto energético sin agotarse, algo que contribuye a mantener el déficit calórico necesario en esta fase. La clave está en sostenerlo en el tiempo y no quemarse en el intento.
Después del entrenamiento, toca comer. Amador prepara platos que combinan proteína, carbohidratos y grasas saludables, porque, según defiende, esa mezcla le ayuda a recuperarse y conservar el músculo al mismo tiempo que sigue bajando grasa. Aunque parezca contradictorio, comer bien es parte del proceso.
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Durante su vídeo en redes, Amador quiso desmontar uno de los mitos más repetidos sobre el entrenamiento y la nutrición. Afirmó que “estás muy equivocado si crees que para perder grasa debes alimentarte a base de lechuga y correr 25 kilómetros al día”.
A lo largo de sus publicaciones insiste en que no se trata de convertirse en atleta de élite, sino de hacer cambios realistas. Más frutas y verduras, una rutina bien estructurada y constancia. Nada más y nada menos.