Desde que el Club de Mar de Sitges (Garraf) dio a conocer la intención del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demogràfica, a través de la Dirección General de Costas del Estado, de demoler las históricas instalaciones en el paseo marítimo del municipio, han sido diversas las acciones de presión, que definen como coacciones.
Desde la entidad náutica expresan “nuestra gran preocupación y enfado ante las coacciones que estamos sufriendo”. El pasado jueves, 22 de mayo, varios operarios de la compañía eléctrica intentaron cortar el suministro eléctrico, sin portar una orden judicial, lo que fue motivo de rechazo desde el club. Fuentes próximas al centro, describen que los operarios amenazaron con volver y se negaron a detallar quien les había dado la orden.
Ayer viernes, otros operarios de la compañía de gas empezaron a reventar la acera para cortar el suministro de gas. Al ser requeridos por socios del club han respondido que obedecían órdenes, sin dar más detalle de la actuación.
Los socios del club están en situación de alerta después de las dos amenazas que han podido sortear. Desde la junta directiva afirman que “trabajamos para defender las instalación ante esta actuación arbitraria de la Demarcación de Costas” y las coacciones que “llegan 10 días antes de la fecha notificada para el derribo, el dos de junio.
Por otro lado, han iniciado intensas campañas sociales y han colgado carteles en unas instalaciones,¡ que ahora presiden dos pancartas en las que se puede leer: “no al derribo” y “el litoral catalán no puede ser decisión de Madrid”.