“O nos sentimos europeos, o volverán los imperios y las guerras”

Tengo 52 años: intento hacer las paces con mi finitud. Nací en Friburgo, vivo en Finlandia; tengo casa en Cádiz y pienso en cómo lograr que nos sintamos europeos. Tenemos dos gemelos, que ya vuelan solos. Las monarquías, como la española, pueden dar resiliencia a algunas democracias. Diserto en CaixaForum. (Foto: Xavier Cervera)

Wolfram Eilenberger,divulgador de la filosofía; autor de ‘Tiempo de magos’

Usted es madridista y no en el mejor momento...

Soy madridista, pero el Madrid traiciona su historia si los jugadores se comportan como machotes más que como caballeros.

¿Y está orgulloso de Hansi Flick?

Los aficionados alemanes, antes de esta Liga, lo considerábamos un caballo muerto, pero en el Barça le ha salvado su habilidad para conectar con los jugadores.

¿Qué nos propone a los europeos que seamos?

Europa perdió la guerra y fuimos adoptados por el abuelo de EE.UU., y al este, Stalin. Y ahora con Trump estamos huérfanos y desorientados como en los años 20.

¿Qué pensaban los europeos entonces?

En los años veinte veíamos, a un lado, el liberalismo americano como puro mercantilismo: su ideología era el dinero. Al otro lado, teníamos el experimento soviético.

Ese desapareció hace 30 años ya.

Los europeos en los años veinte buscábamos nuestro propio modelo, como ahora.

¿Hablar de Europa no es aburrido?

Tiene usted razón: lo ha sido. Escribir sobre Europa era hacerlo sobre una tecnocracia poco atractiva y los artículos sobre lo europeo hasta ahora eran soporíferos.

¿Por qué no siguen siéndolo?

Hoy Europa y los europeos podemos redefinirnos a nosotros mismos: ser cada uno lo que somos en nuestra cultura nacional siendo, además, europeos. El peligro es dejar que los ultranacionalismos nos definan contra la UE y nos dividan.

Pues viendo las encuestas, es algo más que una amenaza vaga.

E irá a peor: o empezamos a sentirnos europeos, o volverán imperios y guerras.

Los años 20 llevaron a guerra mundial.

Porque si no tenemos una identidad europea común, acabaremos volviendo a imponer la de los grandes imperios europeos, y eso nos lleva a la guerra otra vez.

Putin quiere resucitar el imperio ruso.

Y la lógica de Trump también es neoimperialista: quiere más territorios para EE.UU. Hay otros líderes neoimperiales.

¿China?

Además, pero es Asia. Hablo, por ejemplo, de la resurrección del imperio turco.

El último acabó mal.

Todos acaban mal. Piense en el propio imperio español...

El franquismo aún lloraba su pérdida.

La mayoría de los europeos somos de antiguos imperios traumatizados y no solo el alemán; están el austrohúngaro o el sueco, italiano, francés, holandés, portugués...

Todos querían ser imperiales.

Y esos imperios traumatizados sufren su derrota y decadencia hasta que sus ciudadanos se van curando de imperialismo.

El problema de Alemania es su historia –se ironiza–, el de España es España.

Pero cada vez ese problema español es menor, porque España hoy progresa...

¿Y por qué surgen nacionalismos como el vasco o el catalán?

Es un síntoma precisamente de ese bienestar conquistado. Antes, la pobreza y el atraso eran el gran problema español de todos los españoles. Hoy se permiten otros menores, como esos nacionalismos.

¿Y cuál es el problema alemán hoy?

Mi generación fundó su identidad sobre tres mandatos: 1) jamás iniciar una guerra; 2) jamás ser nacionalistas y menos aún por raza, y 3) ser solidarios con Israel.

¿Y aún les sirven esos pilares?

Los tres están en crisis: hoy nos rearmamos para la guerra, la AfD es un partido de ultraderecha al alza y la relación con Israel se ha complicado enormemente.

¿Cuál sería el modelo para un nuevo nacionalismo europeo?

Compartir esa identidad con la nacional no imperialista. Y el modelo serían los países escandinavos. También la de la Polonia moderna merece estudiarse.

Son muy nacionalistas.

Y pienso en Finlandia, que ganó la guerra a Stalin, o Noruega, Dinamarca... Son patriotas, pero no imperialistas, y su identidad es compatible con la europea. Ese sería el camino. Además, toleran y gestionan la diversidad dentro de sus fronteras.

Escandinavia necesita inmigrantes, pero también tienen ultraderecha.

No es preocupante y cuentan con una cultura política de grandes y diversas coaliciones. Son lo bastante grandes para tener autoestima y no demasiado como para invadir a otros. Además, ellos inventaron el moderno Estado de bienestar.

¿Por qué el este alemán vota facha?

Han perdido su identidad ya dos veces: como alemanes y como soviéticos; son más pobres y temen competir con la inmigración y perder su identidad una tercera vez. Además, los otros alemanes les miran a menudo por encima del hombro al ver que aún son más pobres.

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