Israel ha empezado a ampliar su invasión terrestre de Gaza con la pretensión de ocupar de forma gradual y permanente el enclave palestino. Un avance que, por enésima vez en estos 19 meses, el ejército israelí ha acompañado de brutales bombardeos –los ha tachado de “ataques extensivos”–, que desde el jueves han matado a más de 300 gazatíes.
No por augurado deja de ser un infierno para la población, exhausta entre las ruinas, la muerte, el hambre y la huida, y unos ataques que evocan los peores momentos de la invasión israelí. A las bombas que han estremecido toda Gaza en las últimas 72 horas, con gran dureza en el norte, y los nuevos desplazamientos por la fuerza, ahora se les añade un rápido avance de las tropas.
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Según fuentes locales, en la madrugada del sábado los tanques israelíes, escoltados también por fuego de artillería, se adentraron en el este de Deir al Balah, localidad del centro de la franja y una de las pocas zonas donde el ejército israelí no había llegado por tierra. Un día antes los blindados ya habían comenzado a progresar sobre tres puntos del norte de Gaza.
En un comunicado, el mismo ejército confirmó ayer que estos son “los movimientos iniciales” de la “expansión de la campaña en Gaza” –que como es común ha bautizado con la alusión bíblica Carros de Gedeón–, con la que dice querer “alcanzar todos los objetivos de la guerra, incluyendo la liberación de los rehenes y la derrota de Hamas”.
Tanques isarelíes en la frontera de Gaza
Los bombardeos del sábado impactaron con fuerza en Jan Yunis (sur del enclave) y Yabaliya (norte). Allí, en la norteña Beit Lahiya, el director del hospital Indonesio, Maruan al Sultan, declaró que solo ayer recibieron “58 mártires, mientras que un gran número de víctimas permanecían bajo los escombros”.
Al Sultan describe un panorama “trágico y catastrófico” para el centro, después de que los ataques israelíes contra sus alrededores causaran “el derrumbe de techos y grietas en las paredes”. “Los quirófanos y las unidades de cuidados intensivos están llenos y no podemos atender más casos críticos”, explicó.
Escasez de unidades de sangre
El devastado sistema de salud gazatí sufre, además, las consecuencias de los 77 días de bloqueo de Israel a la entrada de ayuda humanitaria. Al Sultan alerta de “una grave escasez de unidades de sangre, medicinas, suministros médicos y terapéuticos y procedimientos quirúrgicos” e indica que su personal ha tenido que hacer transfusiones con su sangre y la de otros pacientes “por la imposibilidad de donaciones ciudadanas debido a la desnutrición”.
En esa línea, Rafat Ali al Majdalaui, director general de la Asociación de Salud y Comunidad Al Auda, alerta de que varios de los hospitales y centros de salud primaria que gestiona podrían frenar por completo sus servicios “en los próximos días” a raíz de la falta de combustible.
Bombardeo israelí en Gaza (AP Photo/Maya Alleruzzo)
Para Israel, tanto su plan para ocupar Gaza como su cerco alimentario son formas de “presionar” a Hamas para que acceda a un acuerdo de tregua temporal y libere a más rehenes, cediendo en su demanda de terminar con la invasión. El ministro de Defensa, Israel Katz, se vanaglorió ayer de que el grupo ha regresado a la mesa de negociaciones en Doha supuestamente porque Israel inició la operación Carros de Gedeón.
Desde la facción palestina, no obstante, han ligado la reanudación de los diálogos a un renovado impulso de Estados Unidos tras la liberación del rehén israelí-estadounidense Edan Alexander, el lunes. Tras un reciente impás, Hamas confirmó el sábado haber entrado en otra nueva ronda “sin condiciones previas” y resaltando “la necesidad de poner fin a la guerra”.
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De acuerdo a varios informes, los equipos negociadores están discutiendo una posible tregua de entre un mes y medio y dos meses, plazo en el que se llevarían a cabo diálogos sobre un cese al fuego permanente, con garantías de la Administración Trump de implementar todas las etapas de ese eventual pacto. Este incluiría la liberación de diez rehenes vivos a cambio de entre 200 y 250 prisioneros palestinos.
Ante la estrategia de “presión militar” de su Gobierno, las familias de israelíes secuestrados han vuelto a advertir del riesgo que corren los 58 que siguen en Gaza. Einav Zangauker, madre del rehén Matan, calificó a Netanyahu de “ángel de la muerte” de los cautivos y denunció que el primer ministro los “está arrastrando a una guerra política que llevará a la muerte a rehenes y soldados”.
El bombardeo destruyó varias viviendas en Gaza
El recrudecimiento de los ataques y la catástrofe humanitaria causada por el asedio de Israel fueron también motivo de repudio en la reunión de líderes de la Liga Árabe en Bagdad, en la que los mandatarios instaron a la comunidad internacional a “ejercer presión para terminar el baño de sangre y asegurar que la ayuda humanitaria urgente pueda entrar sin obstáculos a Gaza”.
Como partícipe de ese encuentro, el secretario general de la ONU, António Guterres, se mostró “alarmado” por la invasión y reiteró que las Naciones Unidas no se involucrarán en el plan israelí para militarizar la entrada de la ayuda humanitaria en Gaza.