¿Se imaginan ver un río y sus animales teñidos de azul eléctrico? Esto ocurrió en Jundiaí, Brasil, cuando un camión que transportaba colorante azul volcó y derramó miles de litros en el Lago de las Tulipas, un afluente del río Jundiaí.
El resultado fue impactante: el agua se volvió de un azul intenso y animales como patos, gansos, peces e incluso un capibara aparecieron completamente teñidos. Las imágenes se viralizaron rápidamente, pero detrás del espectáculo visual se escondía una tragedia ambiental.
El colorante, que contenía ácido acético, alteró el pH del agua y provocó la muerte inmediata de muchos peces. Los equipos de rescate, como la ONG Mata Ciliar, lograron salvar a algunos patos y gansos, pero muchos otros animales siguen en riesgo, ya que el tinte puede afectar su salud a largo plazo.
Además, los expertos temen que el daño vaya más allá de lo visible, afectando a microorganismos, ranas y la flora acuática, y alterando todo el ecosistema.
Aunque el agua podría recuperar su color en una semana, la recuperación total del ecosistema será mucho más lenta. Este accidente nos recuerda lo frágiles que son nuestros entornos naturales y la importancia de protegerlos.