El Barça se levanta para rematar al Madrid y tiene la Liga a tiro tras un partido para la historia

FC Barcelona, 4 - Real Madrid, 3

El equipo barcelonista remonta un 0-2 con una primera mitad increíble y será campeón el jueves si gana en Cornellà

Horizontal

Los jugadores del Barcelona celebran el triunfo al final del partido 

Joan Monfort / Ap-LaPresse

Liga a la vista. El Barça tiene el título a tiro tras someter al Madrid por cuarta vez en cuatro clásicos esta temporada. Lo hizo tras un espectáculo inmenso, otra epopeya, un nuevo capítulo de este Barça al que es imposible no amar. Con sus tremendos aciertos y con sus errores producto de su propio entusiasmo. Un Barça que se levanta siempre y al que ni siquiera un arbitraje radicalmente partidista de Hernández Hernández pudo detener. Ni el “hat-trick” de Mbappé ni el colegiado fueron suficientes para evitar que el Barça, que levantó un 0-2 con una primera mitad para la historia, tenga el doblete a un suspiro. El equipo de Flick será campeón el jueves si gana en Cornellà. Eso si el Madrid vence el miércoles al Mallorca. Si los blancos empatan o pierden en el Bernabéu entregarán la corona antes a los blaugrana.

Todo en medio de un escenario absolutamente increíble si no fuera porque cada partido es fascinante, maravilloso, emocionante y trepidante. Absolutamente bestial si no fuera porque es una remontada tras otra, un caerse y reaccionar continuo. Con el escudo en el pecho, como rezaba el lema blaugrana en la gradería, con el corazón en la boca, con las piernas en formato molinillo y con un talento rebosante.

En solo 14 minutos y 50 segundos, los que van del 19 al 34, el Barça le dio la vuelta a un 0-2 con el que el Madrid había aterrizado en el partido. El conjunto blanco aprovechó primero un penalti de un lento Szczesny sobre Mbappé que el propio astro francés transformó para avanzar a su equipo. La acción vino precedida de un error de Cubarsí en un control. Tomó demasiado riesgo y lo pagó. 

El equipo blaugrana se sobrepuso a un triplete de Mbappé y a un arbitraje calamitoso

De nuevo el Barça por detrás, por séptima vez en los últimos ocho partidos. Casi sin tiempo para reponerse vino el segundo de los de Ancelotti. Lamine Yamal se quedó reclamando en el suelo una posible falta de Valverde y Vinícius lanzó a Mbappé para que hiciera su doblete antes del cuarto de hora. 0-2, como en Milán.

Pero este Barça jamás se rinde y comenzó a percutir por su banda izquierda, por donde se internaba un intrépido Gerard Martín, cada vez más asentado. El lateral y Lamine Yamal probaron a Courtois, que respondió con dos paradones.

El huracán blaugrana se empezaba a asentar y el Madrid ya temblaba. Lo hizo más cuando Eric Garcia, como en el Meazza, recortó distancias a la salida de un córner botado por Raphinha y prolongado por Ferran.

Más madera y el público y el equipo de Flick que se crecían. No tardó en llegar el segundo. Ferran encontró en la frontal a Lamine Yamal, que embocó con una bella rosquita.

Sin tiempo casi para celebrarlo se precipitó el tercero del líder. Pedri, inmenso, recuperó y conectó con Raphinha. El brasileño cruzó el balón hasta la red.

Aquello era un festival. Una exhibición de fútbol y orgullo. Otro thriller de autor. El Madrid parecía grogui pero Mbappé se mantenía amenazante. El francés entró en el área y cayó ante De Jong. Hernández Hernández, quizá por si acaso, señaló penalti cuando el piscinazo era evidente. Las imágenes lo confirmaron y el público empezó a insultar a un ausente Florentino Pérez. El VAR se lavó las manos y señaló fuera de juego previo. Así no había amarilla a Mbappé.

Eric Garcia, Lamine Yamal y Raphinha (2) metieron los goles barcelonistas

La respuesta del Barça fue meter otro, al borde del descanso. La banda derecha del Madrid era un coladero, un latifundio y Raphinha le comía la tostada a Lucas Vázquez, como toda la temporada, para combinar con Ferran y marcar. Cuatro goles en 25 minutos al Madrid, con el mismo once inicial que en Milán, hicieron enloquecer al Olímpic, que se arrancó con olés justo antes del entreacto.

Aún quedaba mucho y más visto lo que había ocurrido pero si el Barça lograba mantener la cabeza fría tres cuartos de Liga eran suyos.

Ancelotti, en los estertores de su etapa blanca, movió el árbol y sacó a Modric por Ceballos y a Brahim por Güler, al que había preferido en vez de Rodrygo. No tuvieron una incidencia inmediata en el juego con un Barça que parecía, esta vez sí, dispuesto a bajar las revoluciones del partido a través del toque de De Jong y Pedri. El Madrid aguardaba sin más, salvo un remate de un venenoso Mbappé, que se asoció más que nunca con Vinícius.

El partido, teniendo en cuenta la fatiga de la Champions, se le podía hacer largo al Barça. Intentó evitarlo Flick metiendo a Christensen por un tocado Cubarsí y haciendo reaparecer a Balde. Pero ni por esas. Iñigo falló en una entrega y Vinícius lanzó de nuevo a Mbappé para que marcara un triplete que puso la zozobra. Contra sus pecados de juventud, contra un gran Mbappé y…contra el árbitro. Porque Hernández Hernández no señaló una mano meridiana de Tchouaméni, que ejerció de portero para salvar un gol de Ferran. En cambio, sí que pitó mano cuando en el añadido Fermín había metido el quinto del Barça con un cacao cruzado. Un gol que se celebró como se merecía antes de que fuera anulado. Distinto criterio y siempre a favor del equipo blanco. Antes el Madrid, a través del canterano Víctor Muñoz y de Mbappé, rozó el empate. Pero no llegó. Y al final Montjuïc fue una fiesta. Una increíble fiesta. El Barça quiere rematar la Liga en Cornellà ante el Espanyol el jueves si el Madrid no falla ante el Mallorca. Guarden estos partidos. Guarden esta temporada.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...
OSZAR »