Al ritmo de Pedri, el Barça cabalga. Si el canario manda, el equipo vuela. Si el centrocampista maneja el timón, el conjunto de Flick se despliega y se repliega. Pedri vuelve a ser el faro que ilumina el camino. Al trote o a la carrera, con pausa y aceleración, al pie o al hueco, pero siempre con la cabeza arriba y las ideas claras. Sin los problemas físicos que le llevaron de cráneo durante tres temporadas, el futbolista ha podido recuperar el esplendor y sobre todo la regularidad con la que se presentó en la élite en la campaña 2020-2021. Entonces encadenó 39 partidos seguidos con el Barça. El miércoles ante el Betis igualó ese registro. Desde abril en el Parque de los Príncipes hasta ahora.
Ha estado en todos los encuentros de la era Flick, que son 29, y solo en dos ha partido desde el banquillo. Con su sello de calidad y con su toque se ha asociado con Gavi, con Olmo, con Casadó o con Lamine Yamal. Una velocidad de balón y de ejecución que hace recordar al Barça de los pequeños, el de los mejores tiempos, el de Messi, Xavi e Iniesta secundados por el posicional Sergio Busquets.
Hasta quince futbolistas diferentes han visto puerta en un Barça que promedia tres goles por partido
Con solo 22 años, Pedri es todo un veterano en el Barça. Cumple su quinta campaña en el club y ya ha pasado por todas las fases, de la ilusión al desengaño, del éxito al fracaso. Con ese poso, el canario necesitaba recuperar el físico para perpetuar su fútbol. Tras ser explotado por el Barça y la selección en la campaña 2020-2021 (73 partidos, incluidos Eurocopa y Juegos Olímpicos), acumuló ocho lesiones musculares que le lastraron en tres temporadas. Volvía, jugaba, se rompía y a empezar una y otra vez. Su última lesión no fue muscular sino de rodilla, producto de una patada dura de Kroos en la Eurocopa 2024.
Regresó de aquello más fuerte y desde el primer momento sintonizó con Flick. Hasta el punto que reveló que con el alemán se trabajaba más que con Xavi y que el entrenador penalizaba mucho la falta de puntualidad. El técnico también le tiene en alta estima. “Pedri es un superprofesional, un futbolista fabuloso en el centro del campo. Está en todas partes. Es increíble cómo entiende el fútbol. Cuando ves los datos te das cuenta que corre mucho y además hace barbaridades con el balón. Es muy bonito ver cómo combinan los jugadores de la Masia. Las distancias entre los jugadores han sido perfectas”, señaló el técnico el miércoles. Pedri no es de la Masia, pero como si lo fuera.
Ser del Barça desde pequeño e inspirarse en el gran Barça de Guardiola o de Luis Enrique (en definitiva, de Messi, Xavi e Iniesta) marcó su vocación y su estilo. Por eso Pedri no se imagina fuera del Barça ni el Barça se entiende sin él. Las negociaciones para su renovación se están produciendo en buena sintonía y lo normal es que se llegue a una entente para extender un contrato que vence en el 2026. Así lo reconoció el canario en Yida hace unos días.
Su presencia constante se puede considerar prácticamente un fichaje. Como termómetro regulador del juego del equipo ordena las piezas y transporta la pelota al sitio y al momento justos. Aunque ha contribuido con cuatro goles, es más habitual que se encarguen otros del último tercio del campo. Como Raphinha, que ha metido 20 goles esta campaña, los mismos que marcó en el conjunto de los dos ejercicios anteriores. O un Lamine Yamal que regala asistencias por doquier (lleva 12) y que ha visto puerta en tres partidos seguidos por primera vez desde que debutó con el Barça. A su lado, Koundé no solo es un titán defensivo, sino un arma ofensiva con el que se entiende y complementa.
El defensa francés es uno de los 15 goleadores diferentes de un Barcelona que ha recuperado la pólvora de principios del otoño en este inicio del 2025, con 16 tantos en cuatro partidos en lo que va de enero. El Barça ha anotado 88 goles en 29 encuentros esta temporada (3,03 por partido).
Una media notable que da fe de su voracidad. Se trata de un equipo absolutamente homologado para la primera línea europea. Con el ritmo, el físico, el talento y la velocidad que se necesitan para intentar llegar lejos ante los mejores. La regularidad será su gran caballo de batalla. Esa regularidad que Pedri vuelve a tener.