“Aragón vive un día histórico”. Con estas palabras, el presidente del Gobierno aragonés, Jorge Azcón inauguraba este miércoles la exposición de los bienes culturales del Real Monasterio de Santa María de Sijena (Huesca), que durante décadas litigó con Catalunya hasta su vuelta por vía judicial desde el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) en 2016 y del Museu de Lleida un año más tarde, en medio de un gran despliegue policial.
Ahora, tras dos años y medio de cierre y una inversión de 2,3 millones de euros para acondicionar los antiguos dormitorios del cenobio, se abrirá definitivamente al público este sábado una exposición con 33 de las 95 obras que reclamaba Aragón a la comunidad vecina, mientras que el resto permanecen albergadas en las propias instalaciones del museo para su futura exhibición.

Almacén donde se guardan el resto de bienes que regresaron al monasterio desde Catalunya
De las obras 33 expuestas, 21 han sido objeto de un proceso de restauración que ha costado unos 80.000 euros. La muestra se completa con seis facsímiles de documentos sobre la vida y gobierno del monasterio y tres audiovisuales sobre el proceso de puesta a punto, la vida de las señoras de Sijena y las pinturas murales de la Sala Capitular, que se encuentran en el MNAC y cuyo futuro está pendiente de una sentencia del Tribunal Supremo desde el año 2020.
“Hoy no podemos hablar de un día redondo. Lo será cuado el monasterio recupere todos y cada uno de los bienes que fueron expoliados”, añadió Azcón durante la inauguración en referencia a esas pinturas, sobre las que dijo que espera “muy pronto” una resolución final.
También se mostró exultante el alcalde de Villanueva de Sijena, José Jaime Castellón, para quien la reapertura abre una “valiosa etapa” tras años de proceso judicial. “Hoy es un día de alegría, esperanza y oportunidad de construir una reconciliación con nuestros hermanos catalanes”, añadió con tono conciliador.
La reapertura llega después de que la sala de exposiciones cerrara en agosto de 2022, cuando se iniciaron las obras de restauración de los antiguos dormitorios, donde se exhibían parte de las obras traídas de Catalunya en un espacio reducido y sin discurso museístico.
Ahora, la superficie es prácticamente el doble, llegando a los 500 metros cuadrados, y ofrece todos los elementos propios de un museo: vitrinas y soportes, recursos didácticos o cartelería explicativa, que permite conocer la rica historia de un cenobio que fue Panteón y Archivo Real de la Corona de Aragón y declarado Bien de Interés Cultural en 1923.
Entre las piezas más valiosas que ahora pueden verse figuran las tres cajas sepulcrales de las prioras de Sijena, del siglo XV, o los relieves en alabastro del escultor Gabriel Joly.
También debería haber sido integrada la tabla ‘La presentación de Jesús en el templo’, que pertenece al retablo mayor del cenobio y que fue interceptada en 2017, cuando iba a ser subastada en una sala de arte de Barcelona. Por orden judicial, quedó en custodia en el Museo de Zaragoza, con el mandato final de ser restituida en Sijena.
La apertura oficial del museo ha contado con una amplia representación institucional, incluyendo a los consejeros del Gobierno aragonés, que han celebrado un consejo de Gobierno extraordinario en el monasterio; la presidenta de la Asamblea Nacional de la Orden de Malta, Aline Finat; y el citado alcalde de Villanueva de Sijena, José Jaime Castellón, además de un centenar de 80 invitados.
Mientras el monasterio recupera su actividad turística, la Orden de Malta, propietaria del complejo, sigue buscando una nueva orden religiosa que acepte ir a vivir entre sus muros, todavía sin éxito.