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La ciencia determina que los niños que desarrollen antes esta habilidad tendrán éxito desde la infancia

Estudio 

Estudios recientes revelan que fomentar esta capacidad desde los primeros meses de vida puede ser la clave del éxito académico, profesional y personal a largo plazo.

Un niño escoge entre varios libros

Un niño escoge entre varios libros

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¿Y si el secreto del éxito no empezara en la universidad, ni siquiera en la escuela, sino en los primeros balbuceos de un bebé? Un nuevo estudio citado por la educadora Maya Payne Smart —autora de Reading for Our Lives— demuestra que el desarrollo temprano del lenguaje y la lectura está directamente vinculado con una vida adulta más próspera y plena. Según la ciencia, esta habilidad no solo predice mejores notas, sino también mejores empleos, sueldos más altos y mayor bienestar emocional.

Una herramienta de desarrollo desde la cuna

La lectura. Aunque la alfabetización suele asociarse al inicio de la etapa escolar, las investigaciones apuntan a que el camino hacia una buena comprensión lectora comienza mucho antes de que un niño sepa leer. Exponer a los niños al lenguaje desde sus primeros meses de vida es fundamental para estimular su desarrollo cognitivo y social.

Las dificultades al leer y escribir pueden ser señales de que un niño necesite un logopeda.
Las dificultades al leer y escribir pueden ser señales de que un niño necesite un logopeda.unsplash

Tal como subraya Payne Smart, leer no es simplemente un hábito académico, sino una herramienta que impacta profundamente en la forma en que los niños entienden el mundo, se relacionan con los demás y toman decisiones a lo largo de su vida.

Cinco estrategias para formar un lector sólido desde la infancia

1. Conversar desde el balbuceo. Responder a los sonidos y expresiones del bebé no es una pérdida de tiempo: es la base de la comunicación. Escuchar, hacer pausas y reaccionar ayuda a que el niño se sienta comprendido y empiece a construir su lenguaje.

2. Hacer preguntas (aunque no puedan responder). Formular preguntas y esperar la respuesta, incluso si el niño aún no domina el habla, estimula el pensamiento y la atención. Esta práctica también enseña que el diálogo es una experiencia compartida, no un monólogo.

Imagen de recurso de un niño leyendo.
Imagen de recurso de un niño leyendo.ESFERIC BETTER THINGS / Europa Press

3. Hablar de los sonidos, no solo de las letras. Enseñar a los niños cómo suenan las letras, y no únicamente cómo se llaman, facilita su posterior aprendizaje lector. Esta conexión entre sonido y símbolo es clave para una alfabetización temprana sólida.

4. Jugar con las palabras. Las canciones, rimas, trabalenguas y juegos de palabras estimulan lo que se conoce como conciencia fonológica: la capacidad de identificar y manipular sonidos dentro de una palabra. Una habilidad esencial para la lectura.

5. Leer y hablar en cualquier momento del día. No hay que esperar a la hora del cuento. Las oportunidades para fomentar la lectura y el lenguaje están en todas partes: al pasear, al cocinar, al vestirse. Nombrar objetos, describir acciones y contar historias breves ayuda a enriquecer el vocabulario.

Niño leyendo.
Niño leyendo.FamVeld/iStock

Éxito más allá de la escuela

El impacto de esta habilidad va mucho más allá del aula. Los niños que desarrollan una buena comprensión lectora desde pequeños suelen tener mayor confianza en sí mismos, mejores relaciones sociales y una mayor capacidad para resolver problemas. La lectura, además de ser una fuente de conocimiento, se convierte en una herramienta emocional poderosa.

Redactor especializado en redes sociales, tendencias virales y del mundo del entretenimiento. Graduado en Periodismo por Facultat de Comunicació Blanquerna (URL)

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